Acerca de la Biblioteca

Misión

La Biblioteca “Simón Bolívar” tiene como misión satisfacer las necesidades de información documental del personal del Centro y de la comunidad universitaria en las actividades de investigación, docencia y difusión académica sobre América Latina y el Caribe. Es una biblioteca especializada por su acervo y los servicios que proporciona, lo que la convierte en un referente para los estudios de la región desde diversas disciplinas.

Visión

Posicionar a la Biblioteca “Simón Bolívar” como la biblioteca más importante de México para el conocimiento de América Latina y el Caribe.

Objetivo

Seleccionar, adquirir, organizar, conservar y difundir la información documental que responda a las funciones de investigación, docencia y difusión académica del personal del Centro y los interesados en los estudios latinoamericanos.

Antecedentes Históricos.

El proyecto de creación del Centro y los estudios latinoamericanos, tienen su antecedente en las reflexiones del Dr. Leopoldo Zea sobre lo latinoamericano, que surgieron en 1945 en el viaje que hizo por América Latina para escribir el libro El pensamiento latinoamericano.

Estas reflexiones fueron discutidas y analizadas, en diferentes foros, por un grupo de intelectuales que como Zea creían en una integración a través de la cultura, el estudio y la enseñanza de América Latina. Finalmente estas ideas se presentaron en el Simposio para la Coordinación y Difusión de los Estudios Latinoamericanos en 1978, organizado por la Coordinación de Humanidades, la Unión de Universidades de América Latina y el Centro de Estudios Latinoamericanos de la Facultad de Filosofía y Letras. En este evento se planteó que los estudios latinoamericanos fueran “una forma de logar una integración latinoamericana”[1], se acordó también un “Centro Coordinador y Difusor de Estudios sobre Latinoamérica”[2], considerando la recomendación hecha por la UNESCO en la reunión de especialistas sobre América Latina, en mayo de 1977.

Es así como el 13 de diciembre de 1979, se crea el Centro Coordinador y Difusor de Estudios Latinoamericanos, la biblioteca inicio sus actividades en 1980 en la Torre I de Humanidades con aproximadamente “2000 volúmenes, que tienen su origen en el CELA, de la Facultad de Filosofía y Letras”[3] creado también por el Dr. Zea en 1966. El nombre de Biblioteca “Simón Bolívar” tiene su origen en la gran admiración que el Dr. Zea tenía por el libertador venezolano Simón Bolívar y su idea de integrar “los países hispánicos de América en los inicios de nuestra vida independiente”[4].

Para el año de 1989, en el informe de actividades presentado por el Dr. Zea, la Biblioteca “contaba con 11, 500 monografías, 8500 revistas, 3000 folletos, 160 tesis y 150 discos; una parte comprados de acuerdo con nuestro presupuesto, pero una gran parte por donaciones recibidas de instituciones latinoamericanas y europeas, en especial españolas. Y otra buena parte producto del intercambio de publicaciones”[5].

La Biblioteca constituye una parte esencial en las actividades académicas del Centro, por lo tanto, a partir de 1995 a 2001, “todas las acciones emprendidas han tenido como fin crear y promover servicios acordes con las necesidades de información de los investigadores del Centro"[6]. Durante la restructuración de la biblioteca se realizaron acciones como: el inventario de las colecciones, descarte de materiales, mejoramiento y normalización para el servicio de préstamo, políticas de desarrollo del acervo, automatización del catálogo y servicios, intercambio de documentos y la edición electrónica del Boletín Bibliográfico de Nuevas Adquisiciones.

Durante este mismo periodo en el mes de octubre de 1998, “de acuerdo con la ordenación inmobiliaria de la Universidad, el CCyDEL se ubica con otros Centros e Institutos afines, en la Torre II de Humanidades”[7] ahora con un espacio propio para el desarrollo de sus actividades. La biblioteca “Simón Bolívar” se traslada al 7° piso en un nuevo espacio renovado y exclusivo para el desarrollo de sus actividades y el resguardo de los 15, 835 volúmenes de libros, 10, 625 fascículos de publicaciones periódicas, 645 folletos y 32 títulos de bases de datos en CD-ROM.

Para el 17 de agosto de 2007, El Centro Coordinador y Difusor de Estudios Latinoamericanos (CCyDEL) cambia de nombre a Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC); lo anterior fue acordado en el Consejo Universitario.

En ese mismo año se da un nuevo cambio de instalaciones para la Biblioteca “Simón Bolívar”, ahora cuenta con espacios físicos más amplios, en el piso 2° de la Torre II de Humanidades lo cual permitirá un desarrollo más eficiente de sus actividades con vistas a cubrir las necesidades de sus usuarios e incrementar el número de las colecciones.

Actualmente posee un acervo especializado en diferentes colecciones y formatos que la constituyen una referencia obligada para el conocimiento y la realización de los estudios latinoamericanos y del Caribe.

 

Notas:

1. “Leopoldo Zea define el programa de difusión y coordinación de los estudios latinoamericanos”. Carta del CCYDEL, Órgano Coordinador y Difusor de Estudios Latinoamericanos 1, no. 1 (agosto-septiembre 1980), p.1.

2. Idem. p.1.

3. “Estudios Latinoamericanos”. En La UNAM por México, coordinado por Lourdes M. Chehaibar Náder, José Francisco López, J. Adolfo García-Sainbz y Alicia Mayer, vol. 1, 587-612. México: UNAM, 2010. P. 598.

4. “Leopoldo Zea define el programa de difusión y coordinación de los estudios latinoamericanos”. Carta del CCYDEL, Órgano Coordinador y Difusor de Estudios Latinoamericanos 1, no. 1 (agosto-septiembre 1980), p.1.

5. UNAM, Centro Coordinador y Difusor de Estudios Latinoamericanos. Informe del décimo aniversario del Centro Coordinador y Difusor de Estudios Latinoamericanos 1979-1989. [México: UNAM, CCyDEL], 1989, p.9.

6. UNAM, Centro Coordinador y Difusor de Estudios Latinoamericanos. Cuarto informe de actividades 1994-1998. México: UNAM, CCyDEL, 1998, p. 33.

7. UNAM, Centro Coordinador y Difusor de Estudios Latinoamericanos. Primer informe de actividades 1998-1999. México: UNAM, CCyDEL, 1999, p.4

La Torre II de Humanidades, en principio fue la sede del Instituto de Ciencias, mientras que los edificios ubicados a un costado eran las instalaciones de la Facultad de Ciencias.

Durante la década de los 70 la antigua Torre de Ciencias con sus 15 niveles fue considerada “el edificio de concreto más alto de la ciudad de México y además fue ejemplo de la rapidez con la que fue construida la zona universitaria. La estructura fue levantada en tan sólo 138 días ¡un tiempo récord verdaderamente! y también es un edificio que responde al criterio arquitectónico del funcionalismo lo que podemos ver es una planta libre, es decir sólo hay columnas en la base para no interferir con el paso peatonal de los alumnos”[1].

Actualmente en el 2° piso de la Torre II de Humanidades se ubica la biblioteca “Simón Bolívar”.

Además, en la sala de lectura, la Biblioteca posee un cuadro de Simón Bolívar, de 105 x 85 cm., el cual es una copia parcial del cuadro de José Gil de Castro, Lima 1828; elaborado por el pintor venezolano Luis Álvarez de Lugo, pintor venezolano, considerado uno de los artistas más importantes de Venezuela en Caracas el 18/8/82. Cuadro que le fue obsequiado al Dr. Leopoldo Zea, en uno de sus viajes a ese país, como promotor de la integración latinoamericanista.

1. Edificios de Mexico. Torre II de Humanidades, UNAM. www.edemx.com [Internet]. 2015 [citado el 12 de mayo de 2017]. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=iqnRTO2Ju4Y

LEOPOLDO ZEA (1912-2004)

Alberto SALADINO GARCÍA
[http://www.cialc.unam.mx/leopoldozea.html]

DATOS BIOGRÁFICOS

Leopoldo Zea es hijo de Leopoldo Zea y Luz Aguilar, nació el 30 de junio de 1912 en la ciudad de México, justamente en la primavera democrática del gobierno de Francisco I. Madero. La educación familiar corrió a cargo de su abuela Micaela Aguilar, quien respaldó su instrucción primaria en la escuela de los hermanos La Salle, donde obtuvo una beca para terminarla. En 1929 participó en la campaña presidencial de José Vasconcelos, donde conoció a otros jóvenes visionarios con los cuales se reencontraría después, como Adolfo López Mateos.

Para ayudar al sostenimiento de su casa, desde temprana edad, desempeñó diversos trabajos, en 1933 consiguió una plaza como mensajero en Telégrafos Nacionales, por lo que pudo continuar sus estudios, inscribiéndose en la Escuela Secundaria Nocturna, al terminar este nivel, ingresó a la Escuela Nacional Preparatoria. En el año de 1936, al conseguir el cambio de turno en su lugar de trabajo, se matriculó en las Facultades de Derecho, en el turno matutino, y en la de Filosofía y Letras, en el turno vespertino, ambas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Al cumplir el primer año de sus estudios universitarios, abandonó la Facultad de Derecho pues optó por seguir la formación humanística.

El gobierno de Lázaro Cárdenas del Río fue solidario con los republicanos españoles, a muchos de los cuales acogió, entre ellos a un amplio número de intelectuales. Tal fue el caso de José Gaos a quien Leopoldo Zea conoció en cursos de la UNAM y por cuya intervención obtuvo una beca de La Casa de España en México, por lo cual dejó de trabajar y pudo dedicarse de manera exclusiva a los estudios filosóficos.

Al terminar sus cursos profesionales de filosofía, se matriculó, primero en la maestría de filosofía de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y luego, entre 1942 y 1943, en el doctorado de filosofía en la misma institución. Durante cuatro años fue becario de El Colegio de México dedicándose a preparar sus tesis de maestría y de doctorado, ambas bajo la dirección de José Gaos. Así en 1943, con el trabajo El positivismo en México, obtuvo el grado de maestro en filosofía, habiendo sido aprobado con la distinción Magna Cum Laude, y en 1944 obtuvo el grado de doctor en filosofía con la tesis Apogeo y decadencia del positivismo en México, aprobado con la distinción Summa Cum Laude.

Su formación académica la completó y consolidó al aprovechar una beca de año y medio, entre 1945 y 1946, otorgada por la Fundación Rockefeller para continuar sus trabajos sobre pensamiento en América Latina, que le permitió visitar e investigar en diversos centros culturales y educativos, de los Estados Unidos primero, y de América Latina después. De modo que su actividad intelectual, desde los años cuarenta del siglo pasado, la desplegó en distintas direcciones, resultando complementarias por los propósitos de lograr una mayor comprensión para realizar reflexiones agudas y originales sobre los procesos socioculturales, económicos y políticos de América Latina. En efecto, Leopoldo Zea se desempeñó como catedrático, investigador, analista, difusor, funcionario e inspirador de múltiples empresas culturales.